Fueron unos días de lo mas insoportables.
Cansados por nuestra mudanza a un hogar nuevo y…
Día y noche gritando como si la estuvieran matando. Únicamente se calmaba cuando salia a pasear a la calle.
¿Y en la calle que pasaba?
Los niños de nuestro nuevo barrio la rodeaban de 20 en 20 y me preguntaban qué era aquello tan gordo que le asomaba debajo de su colita…
Fue algo que parecía que no iba a acabar nunca. Pero al tercer día, su vulva comenzó a desinflarse y los gritos cesaron. Era para pegarse un tiro.
En unos 21 dias nos veremos de nuevo.
😥